Beneficiario controlador en los fideicomisos

El contrato de fideicomiso surgió como resultado de una evolución que se desprende de obligaciones y derechos relacionados con las sucesiones dentro del ideario romano de la inmortalidad del alma, muy ligado al derecho de heredar para cuidar que el patrimonio familiar se proteja en el tiempo; nace, pues, como un subproducto del derecho de sucesión. Así, la mancipatio familiae proveniente de la idea de protección del patrimonio de una persona mientras se mantenga en vida para transmitir los bienes al momento de la muerte; el autor puede dejar un rogatio al adquirente para ejecutar en favor de un tercero una especie de legado, como un apoyo más bien moral basado en la confianza; el fideicomiso para encomendar al fides la ejecución de los bienes a favor de un tercero, a la muerte del autor del fideicomiso, debido a las restricciones que en el derecho romano se establecían para la designación de herederos o legatarios en el perfil jurídico que hoy conocemos. De tal modo, los autores modernos que estudian al fideicomiso identifican a las entrañas de este contrato especialmente investido de la confianza para ejecutar actos por cuenta del dueño del patrimonio.

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