El efecto económico de la reforma fiscal 2014, para las personas físicas

El primero de diciembre de 2012, regresó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a gobernar este país, después de dos sexenios consecutivos que había gobernado el Partido Acción Nacional (PAN). El actual presidente, a través de un pacto con los partidos políticos logró que se aprobaran 11 reformas, que por años no se habían realizado. Dentro de las más importantes destacan: la reforma educativa, la energética, la de telecomunicaciones, la financiera y desde luego, la hacendaria o fiscal. Con esta última, que entró en vigor el 1 de enero de 2014, se estimó recaudar alrededor de 181 mil millones de pesos, que representarían 1.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Entre las principales modificaciones de la reforma fiscal para 2014, destacan las siguientes: En materia de impuesto al valor agregado (IVA), la homologación del 11% al 16% de las tasas en la región fronteriza, el gravamen a la venta de mascotas y sus alimentos, y a los chicles o gomas de mascar. Con respecto al impuesto sobre la renta (ISR), desaparece el Régimen de Consolidación, pero se crea un Régimen Fiscal Opcional para Grupos de Sociedades, cuyo objetivo es diferir el pago del ISR en tres ejercicios como máximo, así como la deducción de la previsión social para las personas morales que solo pueden deducir el 53% de dichos pagos cuando sean ingresos exentos para el trabajador. Con respecto al impuesto sobre la renta a las persona físicas, que fueron las más afectadas, la tarifa del gravamen se incrementa mediante la adición de tres renglones de 32%, 34% y 35% para ingresos anuales a partir de 750 mil, un millón y tres millones de pesos, respectivamente. También se limita el monto total de las deducciones personales a la cantidad que resulte menor entre el 10 por ciento de los ingresos totales del contribuyente contra la sumatoria de cuatro salarios mínimos anuales correspondientes a la zona geográfica del contribuyente. Además, se grava una tasa de 10 por ciento del ISR a las ganancias derivadas de las inversiones en la bolsa de valores y se elimina el Régimen de Pequeños Contribuyentes (RFC), que es sustituido por el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF).

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