Inconstitucional la Agencia Nacional de Aduanas. Cuando se piensa tributariamente y no constitucionalmente

La administración en turno ha sido altamente criticada (como sucede con cada administración) y un motivo de ello es por preferir funcionarios públicos honestos y no expertos (90% de lo primero y sólo 10% de lo segundo), pese a que el conocimiento y la experiencia son inescindibles en toda profesión y actividad diaria. Según Joe Dispenza: “Los conocimientos sin la experiencia no son más que filosofía; la experiencia sin conocimientos no es más que ignorancia”.1 Lo cual es importante pues, la falta de uno o ambos trae graves consecuencias. El porcentaje aludido entre honestidad y experiencia seguramente no se piensa al acudir al médico, dentista, abogado o contador, entre otros, salvo que los pacientes o clientes sean deshonestos o inexpertos (como cuando se prefiere la corrupción –por los conocidos que el supuesto “asesor” ostenta tener en autoridades y juzgadores– antes que al profesionista experimentado que obviamente cobra más, o se acepta el consejo de compra de facturas y no el de pago debido –como si se decidiera igual cuando se requiere extraer una muela o ingresar al quirófano– esto es, decisiones easy-wrong y no decisiones difficult-right). Así, contribuyentes y autoridades no escapan de la falta de alguno de ellos y sus consecuencias. Y el turno toca ahora a la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), la cual fue creada mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el 14 de julio de 2021 –dentro de la administración en turno, con funcionarios 90% honestos y 10% expertos–, como órgano desconcentrado, igual que el Servicio de Administración Tributaria (SAT), con autonomía técnica, operativa, administrativa y de gestión, según el artículo 1 del Decreto aludido, lo que implicó escindir las actividades del SAT y dejar el ámbito aduanero exclusivamente en manos de esta agencia pues, la intención buscada con su creación se encaminó a garantizar la seguridad nacional por acceso al país, prefiriendo la contratación de personal honesto de las fuerzas armadas para incorporarse al servicio público, como lo dijo su Considerando introductorio:

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