Las acciones sin valor nominal. Breve exposición de su entorno legal y los efectos fiscales federales 2022

Del significado de “acción” La acepción mercantil de acción, 1 como referente de la proporción que una persona tiene como titular del capital de una sociedad mercantil, suele contar con dos connotaciones: una, que es muy común, se refiere al documento de crédito que se requiere por tal titular para acreditar que efectivamente tiene el dominio de esa proporción del capital social de una persona moral en calidad de accionista, generalmente de una sociedad mercantil; la otra, de la potencialidad que tiene esa persona para accionar sus derechos reconocidos como económicos y corporativos dentro de dicha sociedad (aunque división entre económico y corporativo se fusionan).2 En el contexto que estoy abordando, la palabra acción simboliza el impulso que el titular de una acción tiene justamente para actuar en una sociedad por acciones: para constituirla, para transformarla, para decidir la vida de la sociedad, su continuidad y su término; para distribuir sus rendimientos mercantiles, mucho de lo cual lo ejerce con su voto. Todo lo que decide el accionista tiene un peso específico, que se mide por el número de acciones con derecho a voto en el destino de la sociedad. Ese destino se pacta en el objeto social y se realiza durante toda la vida de la sociedad. Este significado de acción, para los efectos de estos comentarios, se debe entender dentro de lo jurídico, como lo entendieron los romanos: Así, se consideró la prudencia como la virtud consistente en distinguir lo bueno de lo malo, o también como moderación, templanza, buen juicio, cautela, circunspección o precaución. En este orden de ideas, los romanos situaban el hacer jurídico en el contexto del agere, por estar inserto en el ámbito de la moral; por ello, la prudencia directriz del hacer jurídico venía a ser la jurisprudencia.

Debes ser suscriptor para descargar este artículo