Efecto fiscal de las provisiones contables en la determinación del resultado fiscal

De acuerdo con el artículo 76, fracción V de la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR), dentro de los tres meses siguientes a la fecha en que termine el ejercicio, las compañías deben presentar su declaración anual para determinar el resultado fiscal y con ello, el impuesto correspondiente.1 A esto, en la jerga contable-fiscal, se le conoce comúnmente como “cierre anual”. Ahora bien, para poder preparar correctamente el cierre anual, es importante que el área contable y fiscal de la compañía tengan una comunicación muy estrecha, dado que la contable constituye la base de datos de las transacciones financieras que lleva a cabo la compañía, cuyo resultado se refleja a través del estado de resultado integral, también llamado simplemente estado de resultados. Como sabemos, en la práctica es muy frecuente que para la determinación del resultado fiscal y del impuesto sobre la renta (ISR), se utilice el método de la conciliación contable fiscal,2 el cual precisamente busca conciliar las partidas contables del estado de resultados y las partidas fiscales.3 Es importante resaltar que, dependiendo del giro de cada compañía será el tipo de partidas que se deban considerar en la conciliación contable fiscal. No obstante, hay partidas comunes que la mayoría de las compañías concilian, entre las cuales se encuentran las provisiones contables. Dicho lo anterior, el presente artículo pretende llevar a cabo un breve análisis de los efectos fiscales que tienen las provisiones contables para la determinación del resultado fiscal. Debido a la complejidad que pudiera representar hacer un análisis exhaustivo de las provisiones, para efectos prácticos, se usará un ejemplo sencillo para mayor comprensión del lector.

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