Donatarias autorizadas. Pérdida del patrimonio por revocación de la autorización, considerando la LISR 2021

Cuando evocamos la palabra “empresa” seguramente nos viene a la mente una entidad industrial o comercial en la que quienes la organizan tienen el fin lícito del lucro como una forma de producir riqueza agregada. Por el contrario, si nuestro pensamiento se enfoca a entidades sin fines lucrativos, no esperamos encontrar que estas organizaciones estén destinadas a obtener ganancias, sino a cumplir un fin social, cultural, político, científico, religioso, de beneficencia o de ayuda mutua, entre otros fines loables. No obstante, en ninguna de las dos estructuras societarias se esperaría que su patrimonio se pierda, ninguna de las dos está destinada a obtener pérdidas en lugar de buenos resultados. Los socios de la primera forma societaria comercial estarán satisfechos si los estados financieros reflejan buenos rendimientos de su inversión, logrados a través de obtener ingresos al menor costo posible, dentro de una dimensión ética de los negocios (y claro, lícita); los socios de la segunda forma de organización también esperarán buenos resultados, no en ganancias y rendimientos de su capital, sino en el alcance de sus fines altruistas, sin que ello esté reñido con la misma ecuación: obtener los mejores ingresos e incidir en los menores costos, pues en la medida que lo logren, acumularán un patrimonio que les permitirá atender sus humanitarios fines sociales. Otro atributo digno de comparar entre las empresas lucrativas y las no lucrativas es su objeto, sus fines sociales. Mientras que las empresas lucrativas tienen como fin primordial el beneficio económico de sus socios, quienes esperan el reparto de ganancias sustanciosas, las empresas no lucrativas, en cambio, buscan el beneficio social no destinado a unas cuantas personas en particular, sino a todos los posibles (aunque en los hechos pudieran ser pocos los beneficiarios, por ejemplo, al tratarse de una fundación para ayuda de la atención de cierta enfermedad muy rara o para el rescate de una lengua indígena cuyos hablantes sean unos cuantos), todo en la medida de las posibilidades de la asociación y el universo en el que opera.

Debes ser suscriptor para descargar este artículo